Paris, la ciudad del amor, de la elegancia y del refinamiento europeo. En la Place Vendôme se alza con orgullo uno de los hoteles más elegantes del mundo. El Ritz de Paris. Un majestuoso recorrido es el que nos acompaña desde que cruzamos la puerta giratoria de la entrada  hasta que llegamos a l’Espadon, su restaurante más destacado.

A medida que vamos avanzando por su solemne corredor, nuestra expectación por descubrir l’Espadon va aumentando por momentos.

No existen palabras para describir tanta belleza y refinamiento. Su interiorismo repleto de dorados y drapeados, es tan deslumbrante como la cocina.

El chef ejecutivo Nicolas Sale y su equipo, nos ofrecen un viaje gastronómico de auténtico descubrimiento

Se podría decir que fue la experiencia más parecida a la famosa serie «Dowton Abbey» que he vivido en mi vida, en la que los protagonistas fueron sin lugar a dudas su personal.

Su sobreactuada profesionalidad que solo cabe entenderla en una ciudad como París me dejaron sin habla. No había ningún gesto que no formara parte de una ceremonia meticulosamente estudiada. Performances con la vajilla dignas de un mago, la forma de servir los platos, objetos que todavía ahora no he logrado entender su sentido. L’Espadon es en definitiva uno de los espectáculos visuales más increíbles que me ha sido dado a conocer.

Podria haberme pasado horas allí, imaginando ver entrar a personajes ilustres que han formado parte de su historia como Cocó Chanel o Ernest Hemingway, pero todo lo bueno tiene un principio y un final. Nunca olvidaré esa noche que fue tan especial para mi, y si tuviera que definirlo lo definiría así : El cenit de la sofisticación de la alta cocina francesa.

Feliz dia,

Judith Gabarró